El mundo onírico (u onyros para usuarios avanzados) es un lugar al que podemos acudir para encontrar la guía e inspiración para nuestra vida como vimos en el post sobre la interpretación de los sueños (y si no lo has vistos estás tardando en verlo, compartirlo y difundirlo); pero no solo podemos buscar, también podemos encontrar, encontrar las respuestas a nuestras preguntas. Como pasa con todo oráculo solo hay que dar con las preguntas correctas.

El Mundo Onírico contiene toda la sabiduría que nos es accesible, lo sepamos o no, lo creamos o no. Podemos pensar en los registros akásicos, en entidades superiores o en la teoría del décimo mono. Da igual en lo que creáis, lo que es cierto es que es así y muchas anécdotas de inventores y creadores así lo atestiguan. El mundo de los sueños contiene todas las posibilidades e ideas.; no s la primera vez que os digo que ese mundo es el mundo de las ideas. Pensabas a lo mejor que era un eslogan atractivo, pero no. Si no has leído aún oniros, te irás dando cuenta a golpe de post de que es una realidad.
Cada vez que nos dormimos, al despertar, gran parte de nuestra vida se ha reorganizado, clasificado y actualizado (esto lo tienes mejor explicado en la maravillosa película inside out). Por lo que, aparte de misticismos y teorías oníricas, la respuesta al enigma enunciado en el título de este post podemos sustentarla en que nuestro cerebro tiene todas las respuestas. Es el ordenador más potente que existe (hasta que skynet sea creado o hecho público) y puede encontrar solución a todos nuestras ecuaciones vitales; solo necesita resetear y desfragmentar tu disco duro. Un sueño puede ampliar extraordinariamente nuestras perspectivas y nuestra visión de la vida (normalmente en los sueños carecemos de juicios de valor); por lo que podemos desentrañar la madeja de los asuntos complejos (sí tengo algo enfermizo con los hilos) y así desatar el nudo gordiano que nos preocupa y atenaza.
Onironautas han existido desde siempre, incluso antes en mayor número y de manera consciente ya que no existía el tabú que ahora existe alrededor de ellos. Se le daba un papel protagonista y no de actor de relleno entrado en kilos que no pasa de una frase. Antes se comentaban, interpretaban y se les daba valor. Ahora se comentan de pasada con una cerveza de por medio; o si tienes posibles y son algo raros con tu terapeuta intentando averiguar que parte de él te lleva a un falo. Antiguamente no, se les daba la importancia que tenía, e incluso mucho más de la necesaria. Se transmitían de unos a otros y finalmente se les vestía con los ropajes de los mitos.
Morfeo es uno de esos mitos. Forma parte de una mitología que sirvió para dibujar mapas del Mundo Onírico (sí, el onyros querido lector) el gran depósito del conocimiento al cual hoy denominamos subsconciente.
Morfeo era (si has leído mi libro ya sabrás todo esto por boca de Diego así que puedes saltarlo o leerlo con el amor y el cozzy que da la nostalgia), en la mitología griega, el principal de los Oniros todos ellos hijos de Hypnos (el sueño) y de Nix (la noche). Morfeo es llamado así porque tiene la capacidad de adoptar cualquier forma (morphe), especialmente formas humanas, con las cuales puede interactuar con las personas que duermen (sí, también como Freddy Krueguer).
El mundo onírico (en adelante el Onyros) es un mundo donde las ideas y los arquetipos están vivos y se relacionan con nosotros. Digamos que nuestra cabeza es el cine donde las fábulas cozzy (repito esta palabra por que se que esta de moda y así puede que algún sensible me encuentre por accidente en la red), terroríficas o absurdas (a veces a nuestra cabeza se le va) se representan para que tú tengas tus respuestas o itinerarios. El que puedas interpretar (¿hace falta que diga que ya hay un post sobre cómo interpretar tus sueños?) o dar validez a las ideas que se te presentan en el Onyro será una capacidad que irás adquiriendo conforme avance tu exploración onírica y aprendas a recordar tus sueños.
Vamos a lo que os importa, métodos:
Método del si o no
Este método os sonará de cuando habéis deshojado una margarita, movido un péndulo o preguntado a Verónica y sus tijeras si le gustabas a tal chica o chico. Pero en el Onyro es un poco diferente. Lo primero, antes incluso de entrar al sueño, es fijar en tu subconsciente la pregunta, como un virus imposible de olvidar. Cuando viajas al mundo de los sueños es como cuando viajas en el tiempo en Terminator: no puedes llevar nada contigo ni traerte excepto ideas. Así que lo que haremos será escribir tu pregunta, que se pueda responder con un sí o un no, en un papel. Hay que leerlo varias veces antes de acostarse y guardarlo bajo la almohada. ¿Y cómo sabemos la respuesta? Fácil, si el sueño es agradable tienes un sí, pero si el sueño es una jod#@a pesadilla, la respuesta es: no. Pero debes estar pendiente y usar las técnicas que vienen en el libro Oniros (o en este mismo blog) para recordar tus sueños porque nunca es tan sencillo y normalmente las respuestas vienen acompañadas de símbolos relacionados con la pregunta o algo en tu interior, nunca mejor dicho, te hace sentir que ese sueño encierra más respuestas.
Sigue siempre tu intuición, suele ser el lenguaje de tu subconsciente.
Incubar un sueño
Este concepto es muy importante en mi obra, y mucho más en la segunda parte. Es la técnica fundamental que deberás usar una vez ya domines lo básico que es despertar en tu sueño y recordarlo. Pero antes de nada: ¿qué es incubar un sueño?
La incubación es un proceso a través del cual se desarrolla una interacción de doble dirección con el Onyros. Por una parte facilitamos la introducción de un mensaje en el Mundo Onírico y por otra obtendremos la respuesta que tanto ansiamos. En esencia consiste en traspasar la frontera del sueño desde el mundo físico (o la vigilia). Ya he dicho que puedes fijar una idea en tu mente (como Nolan hace en su genial Origen) para usarla en el sueño pero hay otras formas de influenciar tus sueños. ¿Cómo? pues a través de lo sentidos, sensaciones, pensamientos y emociones. Podemos inundar nuestra estancia de un aroma que nos recuerde nuestro interrogante, una musica que se relacione con tu pregunta, colocar fotografías o imágenes alrededor de tu cama, objetos, símbolos… todo lo que sea necesario para que tu subconsciente pille el mensaje (no te agobies, él también suele ser muy críptico a la hora de querer comunicarse).
Esta técnica precisamente es la que se usaba en los templos donde se curaba usando los sueños. De ello hablo… ¿imaginas?; sí, en mi libro. Egipcios, griegos, mayas… Precisamente en el libro de onironaútica de Sófocles Dans hace mención a una anécdota sobre Richard Luxton que indicaba que en los jeroglíficos, llamados la escritura nocturna, lo que se hace es explicar los sueños y visiones que se muestran después de una prolongada contemplación e interiorización de los símbolos del templo.
Otras formas de preguntar
Hay una forma que casi todos hemos usado de forma inconsciente; sí, incluso los ateos; y es la oración. La oración no deja de ser una pregunta realizada con fe dirigida a una entidad superior en quien confiamos. Esa entidad puede adaptarse a cualquier creencia que profeses, incluso si tu creencia es el subconsciente. Solo hay que hacerla con tanta fe que te acompañe en el Onyro. Podemos decir que es una especie de incubación. Y el mensaje divino se te revelará a través de algo que ya te he mencionado: la intuición.
La intuición es una facultad que el ser humano tiene y que no me negarás que escapa a lo racional. Es un saber interno con un gran potencial y al que llegamos una vez abandonamos los juicios de valor y nos abrimos a la respuesta. Muchas veces viene en forma de casualidad.
En definitiva no existen límites en el Onyro, solo los que tú te impongas. A la hora de buscar respuestas, o de incubar un sueño, el objetivo puede ser el que tú quieras. Ya has leído que en alguna culturas lo usaban para la curación. Incluso si al final el sueño sale mal y lo único que te ha dado es la forma de no hacerlo recuerda al Dr. Strange y ensaya todas las formas que se te ocurra hasta que encuentres el multiverso con la respuesta correcta.
También puedes incubar los sueños, ya no solo para encontrar respuesta, sino maestría en una práctica; sí, como en Matrix.
Pero recuerda no tomarte nada de forma demasiado literal, pues aunque tus ideas e ilusiones toman forma en los sueños también lo hacen tus miedos y temores. El Onyros es el mundo de las ideas y no todas son buenas. Tal vez te conozcas más de lo necesario y no te guste lo que encuentres.
O tal vez sí…
Nos vemos en los sueños. JJ Conti.
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