«Entre las 4.30 y las 6.30 horas del día 7 de enero empecé a sentir unos extraños sonidos que me despertaron. Y como seguían, los fui grabando con mi móvil.”
“Hay quienes le llaman Trompeta del Apocalipsis o del Juicio Final, hay quienes dicen que se asemeja al ruido causado por el movimiento de una grúa o el del desgaste de una pieza metálica…»
Bienvenidos de nuevo, habitantes de los sueños, me llamo John Keel y hoy os voy a hablar de the hum. Solo el nombre ya me la pone dura, paranormalmente hablando, claro. Lo que habéis podido leer es el testimonio de uno de los testigos de este fenómeno el 7 de enero de 2014 en Cádiz. Tal vez pensabais que iba a decir Wisconsin. El misterio ocurre dónde ocurre, es más, suele ocurrir dónde los testigos son escasos y los móviles graban mal. Así que no debéis sorprender.
Pero empecemos como hay que empezar. ¿Qué cojones es the hum?
Lo primero que seguro que ya habéis adivinado es que es un sonido, un ruido. Me gusta cómo lo describió el testigo, pero si fuera parte de un relato, el narrador diría algo así como:
Al despertar, ese zumbido ya estaba ahí. Era como si el engranaje de la tierra no hubiera sido engrasado por los intraterraneos —o hipogeanos para gente más ilustrada— y arrancaba un quejido metálico a cada giro.
Pues eso mismo.
Alguno de los testigos lo ha descrito como: motor lejano, vibración, zumbido o incluso ronroneo de Gaia. Sea como sea, es un zumbido que se escucha y se siente en tu cabeza y pecho. Un ruido industrial vibrante y agudo que te lleva a imaginar algún tipo de superestructura.
Hay diferentes teorías, ya te avanzo que lo que no hay es explicación. No hay consenso en su origen, lo que normalmente quiere decir que no tienen ni puta idea de qué cojones lo provoca. Existen principalmente dos grupos de teorías oficiales; la tercera sería la mía y la de los que pululamos por las redacciones de este mundo del misterio.
TEORIA 1 Las naturales
En este grupo podríamos incluir desde movimientos tectónicos, microterremotos que suenan como las jodidas trompetas del apocalipsis hasta corrientes de aire en capas altas de la atmósfera. Un infrasonido geológico producido por vibraciones de esos movimientos tectónicos que se propaga por ondas de baja frecuencia. No está mal como explicación y además eso daría sentido a porque no todos lo escuchan, ya que hay personas sensibles y otras no tanto a esas frecuencias bajas.
Después tenemos lo de los silbidos del viento: resonancias de la ionosfera o tormentas que generan sonidos metálicos (pero después las teorías conspirativas son una locura).
Y finalmente, dentro de este primer grupo, tenemos los producidos por movimientos marítimos u oceánicos. Oleaje, movimientos submarinos o el canto intenso y melancólico de una gigantesca ballena que se ha demostrado que su cantinela desgarrada viaja a grandes distancias y llega a tierra.
TEORÍA 2 El hombre, su tecnología o fisonomía.
Aquí quiero señalar la primera teoría que me encanta, no solo por su candidez, sino también por su nombre: Tinnitus o acúfenos. No se trata de ningún ser microscópico que se introduzca por el oído y te los haga sangrar, aunque sea lo que evoca ese infernal nombre. Son pitidos o zumbidos generados por el propio sistema auditivo; que si vuelves de una rave créeme esto no es una teoría sino una realidad, pero que si no es el caso, en el momento que es colectivo, la teoría decae bastante.
Después vendrían las explicaciones derivadas de infraestructuras humanas como tuberías, gasoductos, sistemas de ventilación, o tal vez la única que sí podría aceptar, tendidos eléctricos que general resonancia. Ya que el resto, ¿de verdad? Creo que al menos uno de los testigos sabría su origen evidente.
Y finalmente, dentro de este grupo de teorías, pero que yo os diría que sirve de puente para las mías: antenas de radiofrecuencia de gran alcance —¿os suena el HAARP, pues eso?—.
TEORIA 3 Las que molan.
No es la primera vez que os voy a hablar de los ultraterrestres, a poco que hayáis leído algo de mi extensa obra o que seáis alguno de mis escasos suscriptores de mi boletín Anomalía, ya estaréis familiarizados con este concepto. Sabéis, y si no sabéis os lo digo, que yo soy un firme defensor de la teoría de que los UFO, OVNIS, WAP o como cojones se llamen en el momento en que leáis esto, son seres dimensionales más que extraterrestres. No vienen del espacio exterior, sino que comparten con nosotros nuestro espacio-tiempo de manera paralela. Pues bien, este sonido podría ser una forma de contacto o el de su jodido tubo de escape al moverse. Los fenómenos forteanos o anómalos evolucionan con la cultura y lo que en la Edad Media podía ser el dantesco sonido de las trompetas anunciando el Apocalipsis, en el siglo XX serían el sonido de las luces en el cielo y ahora ruidos infrasónicos o metafísicos. Se podría decir, y ahora mismo estoy temblando por la emoción de ser yo quien ha escrito esto: la resonancia del tejido que separa nuestros mundos al desgarrarse cuando es atravesado.
Si me habéis leído, ya sabréis que mi obra magna, y más desde que Richard Gere la protagonizó, es la mal traducida: Mothman. Yo no me refería a una polilla. Si leéis la entrada anterior de JJ Conti encontraréis la explicación. Pues bien, este sonido también hay quienes pretende explicarlo como un presagio, una alarma ultrasonica que nos lanza alguien o algo para prevenirnos. Si eso es así, aún no ha llegado de lo que demonios nos esté avisando.
En definitiva, ninguna teoría lo explica del todo. A veces, según el lugar y el momento, puedes usar alguna de las que te he indicado y en parte tiene una explicación, en otras no es posible. Su carácter selectivo, simbólico y persistente lo han hecho merecedor incluso de la existencia de una web donde se recogen testimonios y un mapa donde puedes ver los lugares donde se ha producido. The Hum es un enigma de nuestro tiempo, quizás una suma de las causas que te he indicado o el sonido del movimiento interdimensional. Sea como fuere, es un misterio más en este circular mundo que nos alberga que espera su explicación.

Te resumo alguno de los artículos y estudios más interesantes que he encontrado:
1. Manifestations of a low-frequency sound of unknown origin… (Frosch, 2016)
“Los encuestados hablan de un zumbido que se mueve dentro de sus cabezas, que se apaga al inclinar la cabeza, que vuelve tras un vuelo en avión como si hubiese esperado el momento de reaparecer. ¿Cómo puede ser esto obra de una simple máquina? Lo que aquí se describe no es un ruido externo, sino un contacto íntimo con otra frecuencia de la realidad, que algunos pocos perciben como elegidos o víctimas. El Hum se disfraza de tinnitus, pero su constancia lo delata: es un visitante, no una dolencia.”
2. The results of hum studies in the United States (Cowan, Taos & Kokomo)
“Se llevaron instrumentos, micrófonos, sensores. Nada. El sonido seguía allí para los testigos, pero no para las máquinas. En Taos, el silencio de los aparatos fue más perturbador que el propio zumbido. ¿Qué clase de fenómeno se deja escuchar solo por oídos humanos, pero no por dispositivos? Tal vez el Hum es un espejo cultural, un teatro de control que nos coloca en el rol de oyentes de un mensaje que no admite grabación. Como las luces en el cielo que se desvanecen ante la cámara, el Hum elige a su público.”
3. Experiences from a Low-Frequency Noise Perceiving Population (Erdélyi, 2023)
“Insomnio, fatiga, irritabilidad… el Hum no solo se escucha, se sufre. El patrón se repite: los sensibles al zumbido viven con el ánimo desgastado, como si estuvieran siendo sometidos a un bombardeo invisible. Es el sello de las fuerzas ultraterrestres: no buscan nuestra atención científica, sino nuestro desgaste vital, erosionar la mente y el espíritu poco a poco. Lo que los investigadores llaman ‘baja frecuencia’ podría ser, en realidad, un arma cultural invisible.”
4. The effects of low frequency noise and vibrations (Waye, informe técnico)
“Aquí todo es más aséptico: hablan de mareos, perturbación del sueño, problemas fisiológicos. Pero el subtexto es más inquietante: el cuerpo humano es extraordinariamente vulnerable a vibraciones inaudibles. Lo que se presenta como un riesgo laboral o ambiental, en manos de otras inteligencias —humanas o no— se convierte en una herramienta de control masivo. El informe no lo dice, pero lo insinúa: estamos diseñados para ser modulados a través del sonido que no podemos oír.”
5. Taos hum, stochastic resonance, and sensory perception (Pitkänen, 2024)
“Este autor se atreve a mirar donde otros no: la resonancia cuántica, las fronteras de la percepción. Habla de resonancia estocástica, de la manera en que señales débiles pueden volverse perceptibles bajo ciertas condiciones. ¿Y si el Hum no es un ruido, sino un código cuántico, un eco de otro universo vibrando en el nuestro? Aquí, por fin, se asoma la idea de que el Hum no es solo misterio físico, sino la interferencia de realidades superpuestas que nos atraviesan como fantasmas sónicos.”

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