La interpretación de los sueños.

Bienvenido de nuevo, oniro, a mi humilde cubil. Hoy voy a hablarte de la interpretación de los sueños.

Pues bien, a la hora de interpretar tus sueños, como en todo en la vida, hay dos formas de encararlo.

Una, la fácil, acudiendo a lo que ya han hecho otros; y otra, la que un verdadero explorador onírico haría: buscar tu propia interpretación.

Con respecto a la primera fórmula, que no estoy diciendo que no sea buena, tienes varias opciones. Incluso desde antes del nacimiento de Cristo.

El documento más antiguo que se conoce, al menos en su versión escrita, es el Libro de los sueños egipcios, que se encontró en el papiro Chester Beatty III y que está en Dublín actualmente. Este papiro data aproximadamente del año 1213 a. C., es decir, que fue escrito durante el reinado de Ramsés II. En él se narran diferentes sueños del faraón y su significado. Con respecto a la relación de los egipcios y los sueños, podéis encontrar más información en mi novela Oniros.

Después también sabemos que existen diversas fuentes más en la antigüedad con respecto al significado de tus sueños, como tablillas cuneiformes que relatan los sueños del rey asirio Ashurbanipal o la Epopeya de Gilgamesh. Y si ya lo que quieres es ir a lo mollar, tienes la Oneirocrítica de Artemidoro. De este último será el único que te costará menos encontrar alguna versión moderna, como la de Gredos. Se trata, nunca mejor dicho, del Tratado más completo del mundo antiguo griego y contiene cinco libros con miles de ejemplos prácticos organizados temáticamente. Hay otros ejemplos como los de Ibn Sirin en la Edad Media islámica o ejemplos bíblicos como los de José en el génesis o Daniel en la corte babilónica.

Posteriormente, tenemos un vacío, desde el Renacimiento a la Edad moderna, donde los sueños se vieron como un simple reducto, o defecación mental y vivencial de tu día. No es hasta el s. XX que llega Jung y su enfoque arquetípico para hablarnos de sueños y serendipias.

De todas formas a día de hoy, sobre todo, no sé por qué, con mucha mariposa en la portada, tienes en el mercado innumerables diccionarios de sueños a tu alcance donde podrás descubrir que soñar con ratas nos indica que hay traiciones a tu alrededor o que soñar con excrementos significa que viene dinero a tu vida (no me preguntéis de donde surgió está asociación onírica).

Como ves, tienes múltiples opciones. Y ahora viene la buena, la que un verdadero explorador onírico debe usar, que no es otra que: tu intuición.

Pero para poder usar tu intuición primero tienes que ejercitar ese músculo onírico. Debes aprender a relajarte, estar en el ahora y poder observar el contenido de tu mente como un mero espectador. En el poder del ahora de Eckhart Tolle, libro que no me cansaré de regalar, puedes encontrar toda una definición de lo que significa eso. Solo te diré que básicamente es observar tu respiración para después observar tu mente.

Busca, en definitiva, aquello que pueda iluminarte dentro de ti mismo. Ahora, tranquilamente, reconstruye el sueño del cual pretendes extraer su significado, o, en palabras de Castaneda: recapitula. Reconstrúyelo con la intención de volver a revivirlo conscientemente. Si incluso esta técnica la realizas en duermevela o en esa difusa frontera en la que conviven la vigilia y el onyro, mejor. Pero siempre manteniendo la lucidez de la experiencia (si eres lector de oniros ya sabes a lo que me refiero). Y ahora fluye, vívelo y no te preguntes; y eso sí, deja a tu intuición que trabaje. No te resistas a ella ni busques la correlación racional a lo que viene a tu mente. Hazte consciente de todas las asociaciones, relaciones e ideas que vayan surgiendo, por extrañas que te parezcan. Recuerda que en la cultura popular soñar con dientes se asocia a situaciones inseguras o a tu inseguridad personal, y no dejan de ser asociaciones absurdas que tuvieran tanta gente que se convirtieron en interpretaciones populares.

Y ahora que las tienes, apúntalas en tu diario de sueños.

Dos puntos a tener en cuenta:

  • Recuerda siempre, y nunca mejor dicho, que el primer pensamiento que te venga a la mente al despertar o recapitular es el válido. Lo demás puede estar sucio con la duda.
  • A partir de ahí tira del hilo de Ariadna (técnica de la que ya he hablado en otros posts).

Estas, en palabras de Sófocles Dans, son las pistas de Morfeo. Las serendipias oníricas que te guiarán hasta tu mensaje. No necesitas un diccionario de símbolos, pues aunque si está en el diccionario es porque así ha sido su significado para muchos, no necesariamente tiene por qué ser el mismo para ti. Es mejor cultivar tu sabiduría onírica y sobre todo conectar con esos mensajes que tus sueños quieren enviarte. No te preocupes porque tus sueños siempre quieren que llegues al mensaje. Pero eso sí, si el mensaje es demasiado claro, tal vez ese mensaje no venga de los sueños sino de alguien que habita en ellos…

Nos vemos en los sueños.

JJ Conti.

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