Mouros
I Ahí estaba de nuevo aquel camino, sinuoso y retorcido, que abrazaba la montaña. Pablo sudaba, con la mirada perdida en el vacío que se extendía a su derecha. Apretaba los puños, seguramente aferrándose a la poca cordura que aún le quedaba. Aparcaron en la pequeña explanada, si se le …